La segunda carrera de la serie nos traslada al estado de Arizona, en el circuito Phoenix International Raceway, con una capacidad para setenta y seis mil personas, lleva acogiendo la serie desde 1996. Phoenix es popular entre los pilotos, pero no es un circuito apto para tímidos. Cuidado con la segunda curva, muy pronunciada, que tiende a provocar derrapes y a lanzar a los incautos contra el muro. Ninguna pista de la serie se parece a esta, así que cuidado los novatos. La clave de la victoria y de los tiempos de vuelta rápidos está en saber cuándo levantar el pie del acelerador y cuándo pisar a fondo. Phoenix es una pista corta donde llevarás alerones ovales cortos de poca adherencia aerodinámica. Aquí no se trata de grandes velocidades, ya que la escasa longitud de la pista hace que la mayor parte de la carrera sea apretada. Procura poner a punto el coche para estas condiciones y mantente alerta.