Es la quinta carrera y estamos en el impresionante Texas Motor Speedway. Es el segundo complejo más grande de Estados Unidos, con cabida para ciento 155.000 aficionados. Este óvalo de una milla y media con fuerte inclinación es la única pista que se visita dos veces en la temporada de la serie IndyCar™. La longitud, la anchura y la acusada inclinación de la pista la hacen escenario de carreras rápidas y compactas, con coches que alcanzan las 220 millas por hora con una fuerza de 4 G en las curvas. Los coches que compiten aquí utilizan alerones de circuito de baja adherencia, ya que su inclinación de 24 grados ofrece mucho agarre. Texas es uno de los circuitos más emocionantes y uno de los favoritos de los pilotos. Pero anda con ojo, porque la superficie de la pista tiene puntos de baches y, a estas velocidades, un ligero error o un despiste momentáneo puede acabar en desastre.